LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN EN LOS NIÑOS
Una definición corta de frustración sería cuando una situación, un deseo o expectativa no se cumple, esto a la vez conlleva una vivencia emocional de fracaso y bloqueo por no haber alcanzado la meta.
En estos tiempos y por sentido común, los niños deberían adquirir la fortaleza suficiente para afrontar con éxito las dificultades que irremediablemente encontraran en su discurrir por la vida. Un nivel de frustración adecuado les sentará las bases de la asertividad adulta.
La frustración en la infancia es cualquier obstáculo entre el niño y su meta y lo más importante es la forma de percibir dicho obstáculo que el niño tenga.
En ocasiones la familia evita al niño todas las situaciones de insatisfacción de modo que si todos los deseos, necesidades, ilusiones son satisfechos la persona no tiene el entrenamiento necesario y la mínima experiencia frustrante le hará sentirse desbordado.
Ejemplos
- El niño que se rebela contra la tarea escolar y tira el libro al suelo con rabia o estruja los papeles y grita que no puede hacerlo
- Cuando un niño quiere que le compren algo y los padres se niegan, las rabietas y los lloros son las reacciones más comunes en los pequeños, en los mayores pueden llegar hasta a la agresión a los padres
- Los momentos que tienen que parar de hacer una actividad que les es gratificante como ver la televisión o dejar algún juego.
La buena notica es que la tolerancia a la frustración se puede enseñar, cada vez que se encuentren con un obstáculo hay que animarlos a que encuentren soluciones y que puedan manejar la situación por ellos mismos. La obtención de las metas a largo plazo también les ayuda a que no se acostumbren a la gratificación inmediata.
A tener en cuenta
- Todos toleramos menos la frustración cuando estamos cansados
- Hay que hacerles ver por qué están enfadados, a veces pueden confundir sus reacciones
- Tenemos que exigir lo que el niño pueda dar, ni más ni menos
- Alternarle las tareas fáciles con las difíciles, quizás las metas sean demasiado altas
Pistas
- ayudar a los niños a aceptar lo que no puede cambiarse
- empezar por lo fácil, no tirar la toalla y ser paciente
- los adultos somos un ejemplo a seguir
- dejar que los niños hagan el esfuerzo y luchen por si mismos
- enseñarlos a relajarse
- no intentar comunicarnos con ellos en el momento de la rabieta
- fomentar su autonomía
- que acepten las críticas de los demás
- reforzarle las actividades que hagan bien
- poner las reglas y mantener la autoridad ( reglas claras y cortas, necesitan saber qué se espera de ellos)